Coproter, S.L.

inspeccion obligatoria coproterLes recordamos que de acuerdo a la norma UNE 9-103 y al nuevo Reglamento de Equipos a Presión e Instrucciones Técnicas Complementarias, aprobado por el Ministerio de Industria (R.D.2060/2008), "los usuarios serán responsables de que, al menos una vez al año, sus calderas sean debidamente revisadas por personal técnico autorizado, dejando constancia de ello en el Libro Registro y emitiendo el correspondiente certificado de Inspección".

De acuerdo con esta norma, se establecen los siguientes tipos de Inspección, en función de la periodicidad de las mismas.

Inspección tipo “A” (anual) a realizar por Empresa Instaladora Autorizada.

  • Comprobación de la documentación de la Caldera.
  • Inspección visual de todas las partes sometidas a presión. Revisión e inspección de accesorios y elementos de seguridad y control.

Inspección tipo “B” (caldera tres años) a realizar por Empresa Instaladora Autorizada y Organismo de Control Autorizado.

  • Además de los apartados contenidos en la Inspección tipo A, se realizarán las siguientes comprobaciones:
  • Medición mediante ultrasonidos de espesores de las distintas partes de la caldera, así como ensayos no destructivos que se consideren necesarios, en las zonas sometidas a mayores esfuerzos, erosión o corrosión.
  • Comprobación y pruebas de los accesorios de seguridad y control.

Inspección tipo “C” (cada seis años) a realizar por Empresa Instaladora Autorizada y Organismo de Control Autorizado.

Además de los apartados contenidos en la Inspección tipo B, se realizará la siguiente comprobación:

  • Prueba de presión hidrostática, en las mismas condiciones y presiones que las de primera prueba realizada por el fabricante.

 

Con objeto de evitar riesgos innecesarios y una posible situación ilegal, les recomendamos que dispongas de los servicios de nuestro personal técnico cualificado para toda España, a fin de dar cumplimiento a la reglamentación vigente.

Estadísticamente, se puede demostrar la rentabilidad de las revisiones anuales, que reducen al máximo las posibles averías, evitan paros imprevistos y prolongan la vida de la caldera.